viernes, 9 de enero de 2015

Jhericó y los habitantes de la noche -capítulo 3-

         Jhericó contempla el cuerpo escultural de Chantal caminando hacia su mesa, un sonrisa le cruza su cara, mientras no pierde detalle de todas y cada una de las curvas que conforman a la bella cantante.

                            -¿Qué haces en un sitio como éste? ¿Acaso te has perdido?- le pregunta Chantal a Jhericó cuando llega a la mesa.

  Jhericó se levanta a la llegada de Chantal. La cantante le dedica una sonrisa maliciosa, gratamente sorprendida al ver la envergadura y belleza de su nuevo amigo, cuando éste le ofrece el asiento vacío, acomoda la silla a su lado, y le coge su delicada mano besándola con suma delicadeza, solo un roce de labios que hace que a ambos se les erice cada centímetro de su piel

                           - Sin duda; eres todo un caballero.- le dice Chantal tomando asiento.
                           - Entre otras cosas...- responde Jhericó alargando las palabras finales dándoles tintes eróticos.
                          -No termino de ubicarte en un sitio como éste, ¿Acaso andas perdido? - pregunta Chantal mirando a su interlocutor en busca de respuestas.
                           -Bueno, digamos que más que perdido he encontrado refugio un poco obligado por las circunstancias; un problemilla sin importancia...
                           - Sí, algo me han contado; pero al parecer la suerte ha sido de esos pandilleros- le interrumpe Chantal guiñándole un ojo a Jhericó.
                           -Parece que aquí las noticias vuelan- le dice Jhericó mientras le sirve una copa de Champán a la cantante.
                           -Digamos que aquí las sorpresas no son bienvenidas.

   A Jhericó le cambia radicalmente la expresión de su cara cuando dos hombres, salidos de detrás de la barra, se sitúan detrás de Chantal y uno de ellos le cubre los hombros con un echarpe de seda fina.

                           -Es una lástima pero debo marcharme- le dice Chantal guiándole un ojo a Jhericó- ¡Ah! estás invitado, pero no te termines la botella- le dice señalando la botella de Bourbon -, la noche es muy larga y no quisiera que aparecieras mañana en cualquier callejón... Será mejor que te marches cuanto antes.

   Jhericó, tras apurar su trago sin mediar palabra, sale del local casi al mismo tiempo que lo hace Chantal. Ésta se mete en un coche que le estaba esperando en la puerta: "Cuídate" es lo que se le antoja a Jhericó que le dicen los ojos de la cantante antes de desaparecer. Jhericó se levanta la solapa del cuello de su levita y mira de soslayo a ambas calles que se le ofrecen como alternativa un tanto indeciso.

                          - Ve a la derecha y luego de nuevo a la derecha: saldrás a la avenida principal, es mucho más segura- le indica el portero con una mueca forzada que simula una sonrisa.

                          -Gracias- contesta Jhericó mientras se encamina a su izquierda.

4 comentarios:

  1. Nuevo capítulo y nuevo suspense.
    Un abrazo.

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    1. Así debe ser, siempre hay que dejar el suspense abierto a una nueva aventura. Gracias Rafael por tu compromiso.

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  2. Recuperar estos itinerarios ficcionales de nuevo, querido Paco, es abrir a tus lectores, caminos de interés y misterio. Así que ya los recorro con la misma atención de siempre. Abrazos de sábado.

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    1. Amigo José Luis, qué bien me conoces, parece que mi Jhericó es el único que puede sacarme de este letargo, sigo su camino como si fuera el mío propio y la aventura se desarrolla sola delante de mi teclado, así me parece tan fácil que he decidido darle de nuevo una aventura más. Gracias por tus elogios llenos de amistad.

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