¡Qué las campanas repiquen!
¡Al aire tañan la alerta!
Tormenta, sangre del yugo.
Los que gobiernan acechan.
En la partida, los cuervos
de vil linaje, rameras.
En la picada van bajo,
roban las mies con vileza.
¡No les dejéis atacar,
atacar no les dejéis!
Que la piedad es su falta,
y su ambición es eréctil.
Rojo carmín, azul cielo:
pena, sudor y tormento.
Celaje negro, piel roja:
ansia, codicia y lamento
¡Vuelen campanas al aire!
¡Qué a advertida resuenen!
la comitiva en camino,
chaquetas negras: los buetres.
Por la vereda ya bajan,
van disfrazados, sin cara.
Les acompañan los grajos:
bajo el fajín va la faca.
Si la palabra nos libra,
la ignorancia es la mortaja.
Hacer olvido del llanto
es subastar la ahorcada
Dorado trigo: la espiga.
Surco, lomera y esparto.
Manos de siega: linaje.
Trasiego canto al amargo.
Y qué sepan los que están
que mi sudor deja tinta
en las lavadas conciencias:
Verdad y paz, la baliza.
Gritemos ya: ¡Libertad!
Crisis, política y bancos,
abran sus bocas y coman,
de las mentiras, su caldo.