miércoles, 26 de marzo de 2014

Por siempre jamás.


Camino al alba la noche se extingue
La magia diurna cambia
Las luces, los olores,
Quedando ese vacío en la distancia
De sombras pertrechadas
Que marcan la nostalgia.
Amanece en tu cara
Y tu cuerpo delata la fragancia
De un pasado que nunca volverá
Mi dulce pajarillo, mi Calandria.
Bella de noche,  mi niña de día
Alborotas mi vida rutinaria
Me robas la razón
Envolviendo mi vida diaria
En ese vendaval de hielo con fuego
Que nos avoca a la vida esteparia
Borrando todo intento de cordura.
Y es en la amanecida mi plegaria
Canto de exaltación
Un ruego a la alborada comisaria
Para que así rubrique nuestra unión
Al alba, como Sol y Luna legendaria.


lunes, 24 de marzo de 2014

Caminante no hay camino.

   Luis siempre quiso salir del pueblo, lo intentó muchas veces, tantas como días tiene su vida. ¿El problema?: No había caminos y sin caminos era imposible . . . Un día, se puso en los confines del pueblo y, sin mirar atrás, comenzó a andar, primero un paso, luego otro y así hasta que se hizo de noche, se refugió en una cueva y cuando amaneció la sorpresa fue total: ¡Estaba lloviendo!. Luis se puso a bailar y bailar hasta que cayó al suelo casi sin aliento.
Cuando se levantó cayó en la cuenta de que ya nunca podría volver al pueblo, sus huellas que eran el camino de vuelta se habían borrado. Vaya mierda, toda su vida intentando salir del pueblo y ahora no podía volver . . . ¿o sí?
 Se sentó en un montículo muy alto, que hacía de atalaya y allí esperó diciéndose: "algún día alguien querrá salir del pueblo y hará camino con sus huellas . . . entonces volveré". No había terminado de pensarlo cuando notó una presencia detrás suya, se volvió y vio en una roca más alta a un anciano de barbas blancas mirando también al horizonte, este le sonrió diciéndole: "Debimos salir en verano"