sábado, 31 de enero de 2015

Ha llegado la hora.

   Si contara las voces que me secundan en el oprobio de la dejadez, quizás fuera la vergüenza la enseña en el ocaso de las miradas, a la cara, de quienes esperan que, de una vez, despiertes del letargo y comiences a tomar las riendas de tu vida y, por ende, de quienes te rodean.
  La queja instalada en el quehacer diario nos venda los ojos y abre pozos que nosotros mismos vamos ahondando. Y para cuando queremos darnos cuenta, las paredes son tan altas y el fondo tan profundo, que la única salida es una mirada perdida y fija al frente, cuya ceguera palpita al son de un corazón latente, tan absorto en sus quehaceres, como Tú en la quietud e intimidad del sofá.
  La hora ha llegado -luego no te quejes-, darle voz a tu vida, quizás traiga la compañía de más problemas, pero serán los tuyos, no los que los demás quieran trasladarte y sean o no acertadas tus decisiones, cuando las generaciones que se sienten a tus pies te pregunten por tu vida, estarás en disposición de decirles que la viviste siendo Tú, para bien o para mal.
  Y ahora me levanto del sofá para salir fuera. ¡Vaya, está lloviendo...! No me daré por vencido y cogeré un chubasquero. Ah, eso sí, por favor, lleven cuidado ahí fuera...

6 comentarios:

  1. Sal fuera, querido amigo, no hay que temer la lluvia; es solo una compañía que busca oídos para la confidencia. Un abrazo desde Rivas, también con lluvia y frío.

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    1. Ya te contaré, esto es precisamente lo que he hecho. Un fuerte abrazo.

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  2. Entonces no lo dudes y sal y acude.
    Un abrazo.

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    1. Amigo Rafael, siempre tan atento para conmigo. Mi mujer me dice que si fuese de otra manera me irían mejor las cosas, pero soy así y creo que ya me he hecho mayor para cambiar. Gracias por tu apoyo incondicional.

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  3. Los obstáculos mayores son los de la mente. El mundo es una aventura hecha para ser vivida, obviamente, con cuidado. Hace mucho no te leía, siempre un gusto dejarme caer en tus letras. Un abrazo.

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    1. Gracias amiga Paty, este mundo virtual nos acerca y aleja tanto como la vida misma, siempre un placer tus comentarios. Un abrazo.

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