lunes, 30 de junio de 2014

Sigo siendo el Rey.

              Hoy es el día, después de tanto tiempo, estoy convencido de que hoy voy a conquistar el mundo. Sí, como habéis oído, hoy es mi día de gloria, así que voy a perfumarme, a tomar asiento en mi sofá, junto al teléfono, y esperaré la llamada para que me entreguen el bando que indique que hoy soy el Rey. Ya sé que son muchas personas, millones quizás, las que están esperando lo mismo, pero hoy me toca a mí, así que os dejo, que si me llaman, sólo tengo tres tonos para cogerlo, porque si no perderé la oportunidad. Mi mujer no comparte mi ilusión y no hace sino mal meter y jurar por lo bajini a no sé que Dios suyo para que me corten el teléfono y no siga con estas tonterías, pero no lo ha logrado todavía, lo cual quiere decir que ese Dios está aliado con mi causa porque si no ya hubiera roto la línea. ¡Uf! qué susto me he llevado, me ha vibrado el móvil en el bolsillo y toda la sangre me ha subido a la cabeza, y es que no me lo esperaba . . . ¿Sabéis? tengo la alarma del móvil puesta cada media hora, para no dormirme, y cada vez que suena, mi mujer sale corriendo para saber quién me ha llamado, yo me meto la mano en el bolsillo y lo apago sin que ella se de cuenta, no me dice nada, sólo arruga el morro pero creo que ella también está convencida de que hoy vamos a conquistar el mundo, lo que le pasa a la muy jodía es que por no darme la razón . . .

martes, 24 de junio de 2014

Tormenta.

La calma hace patente la tensión
Y la borrasca sólo se vislumbra.
Los pájaros aguardan con cautela
Su conjura, se antoja ya inminente,
Y el batir de alas no se hace esperar:
La figura cobarde se diluye.
En el primer estruendo subversivo
Todo resto de calma es aventado
Bajo un cielo plomizo y enervado
Uno, dos, tres y todo tiembla, explota
En un estruendo casi atronador
El silencio hace mella en el ambiente
Y de improviso el mundo se ilumina.
Uno, dos, tres y cuatro, otro bramido
Aleja la tormenta su frío hálito
Uno, otro, tres y cuatro, y cinco, y seis
Alejados de la ventana y bajo
La mesa de madera, los zagales
Retornan a su calle, a su recreo
A los juegos de charcos embarrados.
¡Quién fuera el niño, el barro o la tormenta!

Sólo soy yo.

   Y vino Madre Tierra ante mis ojos a enseñarme sus heridas, y yo, ante la magnitud de tanta barbarie,  sólo miré y quedé sin hacer nada. Al cabo de los años en un futuro próximo quizás mi nieto me pregunte qué eran los arboles, el bosque, un río, los animales, la naturaleza, la nieve, los paisajes y un largo compendio de cosas que yo sí he disfrutado y él no podrá hacerlo -porque yo no hice nada-. Puede sonar a historia absurda y demagoga pero si algún día me ocurre sólo yo tendré la culpa, sólo yo y sabéis porqué, porque sencillamente no hice nada, me limité a vivir sin hacer nada y no tendré repuesta para contestar, quizás las lágrimas fluyan hacia  mis ojos pero eso no contestará el porqué no hice nada.

sábado, 21 de junio de 2014

Ley de vida.

     Me senté entre mis propios pies, sin mirar a nadie, pues nadie había más que yo. Y mi mundo se vino conmigo para enseñarme de nuevo que existo. El mar, embravecido, va golpeando la base del acantilado una y otra vez, y otra vez más, y el aire fresco y húmedo va quedando en mi cara para fijar mi vista en el fondo de ese precipicio que se ha abierto ante mis pies, ante mí. Y la Luna abre un camino de plata, se me ofrece cual madre asustada, asustada y con la angustia de la desesperación, yo la miro, como Jesús mira a los ojos del desvalido y me sonríe, a mí me sonríe, porque yo estoy solo en el borde del precipicio, y lo sé porque nadie más acompaña mis pensamientos. Sentado entre mis pies, con la vista clavada en el fondo del precipicio, me levanto como se levantan quien todo lo tiene ganado y su vida le acompaña para mostrarse tal cual es: «Un acantilado, cuya base la mar golpea una y otra vez . . . y otra vez más. Sin piedad»



domingo, 15 de junio de 2014

Son sólo palabras.



     Si en la amanecida encontrara las palabras, te susurraría aquéllas que no me atrevo. Sabes de mi amor, por eso, si una mañana me encuentras en tus sábanas mirándote, dímelas tú, yo las sé, pero no las encuentro.

miércoles, 11 de junio de 2014

Haikus Mix

    La flor de otoño
Con la mirada esquiva,
     Extravagante.

                                 Sobre la cima
                           Las ramas serpentean
                                Raíz profunda.

  Entre los cardos
La bella flor creíble
    Maravilloso.

                                     Tremenda noche
                                   Tu boca con la mía
                                      Enloquecidos.

   
   Puedo soñar
Sonidos de silencio
  Cierro mis ojos.




jueves, 5 de junio de 2014

Encadenado sin pensar.


     Nunca pensé que una sonrisa pudiera tener tanta fuerza y poder, que llevara tanta carga emotiva como para salvar . . . salvarme y querer volver a vivir.  Porque  cuando todo se ha derrumbado, todo ha desaparecido, todos me han abandonado, es tu sonrisa la que ha hecho desaparecer todas las sombras, incluso las más oscuras. Vuelvo a tu sonrisa sin menoscabo de mi arrepentimiento, de mi insulsa vida, de mi desprecio absoluto a todo y a todos, bajo presión pero vuelvo a tu sonrisa porque volver a ti es mi destino fatal.


       El final siempre me persigue, me acosa, me acobarda y acongoja. Para ti soy un número, alguien que habitualmente pensaba en ti, alguien a quien solías conocer, sólo por necesidad, alguien, sólo alguien que solías y que ahora ni siquiera reconoces . . . alguien como yo, al filo del acantilado imposible, al final de vuelta de todo y de nada, pero final al fin y al cabo. Me fui.


      Las calles se agolpan, me persiguen, es algo que aprendo sin querer, para marchar, algo que solía conocer... una razón para comenzar. Una razón para ti, algo diario para mí, un destino para los dos. Sólo necesito tu razón y mis lágrimas, algo que era usual y necesario: «Encontrar nuestra razón»
  Ahora ya no te siento y las calles me persiguen. Me voy.


     Todo cambia, todo puede hacerlo, Tú rompes mi corazón y no tengo salida, no puedo cambiar, entiendo que lo que puedo mover pero en el fondo eres y estás, enfrente y desapareces, pero en el fondo no entiendo que puede mover esta realidad, sólo es mi nombre y todo sigue igual, sólo cambias Tú, yo ya moví ficha y recuerdo. sólo tu nombre, todo sigue igual. Todo mismo fin ¡Qué simple es ganar y qué terrible perder!



     Este juego es simple y tiene fin, es una relación, una relación, una relación sin fin, no preguntes es sólo algo entre nosotros así de simple, una relación sin fin, déjame vivir. déjame encontrar, déjame saber, déjame ser, sólo, sólo déjanos a los dos.


     Cuando pregunté tu nombre nunca pensé que la amanecida me sorprendería preguntando quién eres, cual es tu nombre. Encontrarme cuando me levanto preguntando tu nombre es el deseo, la pasión, el ansia del encuentro, y no amanece en tu piel, sólo soy yo y tu nombre, no preguntes por el deseo eso eres tú.



       Me encontré cruzando, el lugar me deja indiferente, tenerte se convirtió en algo que no era real, no era real  pero era algo nuestro, algo muy nuestro, algo sólo nuestro, cada vez, algo sólo muy nuestro. Y perdí en tus sueños.


        Me pierdo en ti cuando despiertas. La música evade mis sentidos, esta vez, y la siguiente, el amor me pierde fundiendo mis reticencias en el verde mar de tus ojos, navego a mar abierta.

miércoles, 4 de junio de 2014

La vida en haikus.


  Dirección única:
Rotonda sin salida,
  Vida sin vuelta.

                                  Opina libre
                               Vive con osadía:
                               Se tú el amante

   Vida enfrentada
Lágrimas de defensa
    Rondo sin fin

                              Suelto mis manos
                              ¡Viva la minifalda!
                               Quedo en tu talle

   Sólo en la vida
Seremos al tenernos:
   Muero por ser