jueves, 1 de mayo de 2014

Mimi -prólogo-


    La nariz se le empezó a poner roja, María, subió un poco el embozo y se dio media vuelta, pero algo disparó su sentido del peligro, al principio, suspiró intentando aclarar sus ideas y al momento comprendió que algo no iba bien ...
  " ¡Joder!", es el pensamiento que le viene a la cabeza mientras se pasa el embozo por encima y se cobija bajo las sábanas de forma instintiva. El frío se hace más patente por momentos y su respiración, aún estando debajo de las sábanas, se convierte en un vaho blanquecino nada más salir de su boca. María cierra sus ojos como cuando era niña y empieza a canturrear mentalmente; como decía siempre su abuelo: "El que canta su mal espanta". Nota como su barriga empieza a jugarle una mala pasada y, con el cuerpo descompuesto, los fluidos corporales, junto con sus olores, se desparraman por todo el colchón, pero no se atreve siquiera a gemir...
  María se ha convertido en una estatua, sabe que su vida le va en ello, hasta que deja de oír el tic-tac del reloj, entonces llega el silencio... y todas las dudas se le aclaran pero... ¿Cómo demonios ha podido entrar...? Uno. dos, tres... va contado mentalmente como si el paso del tiempo fuese un refugio, su cuerpo está diciendo basta y las lágrimas resbalan por sus mejillas al tiempo que el sudor lo hace por el resto del cuerpo que comienza a temblar sin que María pueda evitarlo... Un grito escapa de su garganta cuando la zarpa se clava en su muslo, llevándose restos de carne y piel adheridos en las uñas que asemejan cuchillas de acero. María, aterrorizada, no quiere mirarlo, pero instintivamente cruza su mirada con "Eso", y tiene que hacer un esfuerzo por no desmayarse...
  Sólo hay una idea en la cabeza de María, encender la luz a toda costa, sea como sea; es su única oportunidad, así que se avalancha contra "Eso" y caen rodando por el suelo. La bestia, pillada al descuido, lanza sus zarpas en busca de carne. María, que se encuentra ahora encima de "Eso", mira a sus ojos... esos ojos encendidos en una luz amarillenta que iluminan su cara dando una visión que a María le hace perder su resistencia por unos momentos y parece que vaya a desmayarse, cuando se recobra sabe que está perdida, sólo ve una zarpa que ha pasado junto a ella y que le duele mucho el hombro izquierdo, no se atreve a mirarlo, sólo cierra sus ojos y se deja llevar... sabe que el siguiente golpe será definitivo y no puede hacer nada, está bloqueada y sólo le asalta una duda: ¿Cómo los ha encontrado?...
     Entonces se enciende la luz cegándola por momentos y haciéndose dueña de la habitación; la bestia desaparece entre una nube de color verdoso y una olor que hace que María comience a vomitar, no entiende nada hasta que oye algo que la lleva a la realidad...

                    - ¿Mami...?

     

      "A nuestro alrededor hay otros mundos, sólo tienes que encontrar la puerta, pero debes llevar cuidado: no todos son paraísos, ni están habitados por hadas..."


   Este es el prologo de mi nueva novela, o eso voy a intentar. Una vez que termine "Jhericó y el Nigromante" comenzaré con "Mimi" pero me apetecía escribir un prologo a modo de muestra, para sondear vuestro interés. Al igual que Jhericó, la escribiré "en directo", es decir, tal y como sale de mi cabeza, sin correcciones. Un saludo y mis más sinceras gracias por estar ahí. Siempre agradecido con vosotros.
                                                     

2 comentarios:

  1. Hasta el final no he descubierto de que andas gestando otra novela. Pensé que se trataba del proceso creativo que anda hacia adelante y en sentido contrario con tanta frecuencia. Esto nos garantiza que lecturas no nos va a faltar. Ánimo, cada día un poco: la constancia es madre más creadora que la inspiración.
    Un abrazo.

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  2. Gracias, tocayo y amigo, y te aplico la misma máxima, tu constancia hacia tu "hijo" hace que cada día quiera más. Un abrazo y tus comentarios son muy apreciados por mí, y también por Jhericó, él mismo me lo ha dicho.

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