domingo, 29 de mayo de 2016

Y lo sabes.

Todas las acciones tienen sus consecuencias en la vida. Si son para bien; pues simplemente las aceptamos como nuestras y le damos el beneplácito de nuestra autoría. Por el contrario, si son para mal, intentamos apartarlas de nuestro camino y, cuando no es posible, entonces miramos a nuestro alrededor para ver en quién podemos cargar las culpas. Lo peor viene cuando, por culpa tuya, te alejas de aquellas personas que nunca tuvieron nada que ver con tus decisiones y que, si hubieses consultado con ellas; quizás, solo quizás, estarías acompañado en tu devenir para compartir tus equivocaciones, que no quiere decir que por su concurso tú no te equivoques: te equivocarás. La única diferencia es que no estarás solo. Amén.

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