domingo, 10 de marzo de 2019

La fuerza de tus raíces: Fernando López Miras



 Acostumbro a hacer una crónica de aquello que me impacta y, por añadidura, se queda en mi retina para hacerse hueco en mi interior; en esa luz blanca y pura que todos llevamos dentro y que se va complementando con las vivencias que marcan nuestra vida.
 Hoy me toca hablar de Fernando López Miras. Lo hago desde el respeto, admiración y cercanía que él mismo dispensa a todos y cada uno de sus murcianicos  porque, sepan ustedes que Fernando López Miras, cuando te habla lo hace mirándote a los ojos.
    El día 6 de Marzo tuve el placer de asistir a la presentación de la candidatura de Nicolás Ruiz Gómez a la alcaldía de Los Alcázares y, la verdad sea dicha, me impresionó por su cercanía, saber estar y esa claridad de ideas en una persona tan joven y preparada a la vez. Hasta aquí todo bien pero ahora quiero centrarme en la intervención del presidente.
Comenzó su discurso como siempre, intentado ser cercano, amigable y usando un lenguaje que todos pudiesen comprender... hasta que saltó la chispa que incendió ese toque mágico que te hace centrarte para comprender que estás ante alguien que se está desnudando para mostrar quién es realmente, para mostrarnos "La fuerza de sus raíces" aquello por lo que está donde está, su verdadera razón sin tapujos y, cuando alguien logra eso, nada ni nadie es capaz de rebatir su verdad, simplemente porque cuando el corazón habla por tu boca todo lo demás sobra.
Hace tiempo hice una entrada parecida a esta en la que decía que yo tengo un Don y es cierto: sé cuando alguien está diciendo la verdad y Fernando López Miras decía verdad cuando, andando entre el público asistente, se inclinó ante una mujer ya entrada en años y fijando su mirada en los ojos de ella, con gesto serio y cara a cara le dijo: " Ahora quiero que me mire a los ojos". Entonces se levantó, miró a los asistentes y nos dijo que le miráramos a los ojos mientras con sus dedos hacía el gesto de que parte de su cara era la que quería que centráramos nuestras miradas para que no hubiese dudas. El momento fue tremendo, impactante y, a la vez, sincero como el silencio que se produjo en la sala, pues cuando algo así sucede el silencio es la antesala de esa verdad que está a punto de ser revelada sin que las palabra medien entre los partícipes y Fernando López Miras hizo que todos le miráramos a los ojos para hacernos sentir que él nos miraba a todos también. Cuando alguien logra algo así no caben las mentiras y todos comprendimos que el único miedo que tiene nuestro presidente es que nos dejemos engañar por promesas de políticos que solo buscan el sillón donde sentar sus mentiras; que nos dejemos engañar por esos falsos hacedores de milagros que luego tenemos que pagar; que nos dejemos engañar por profetas de punto en blanco y contenido vacío. Ese es su miedo porque le importamos nosotros, nuestra tierra donde hemos nacido, donde vivimos y donde nuestros descendientes van a residir.
Nos mostró en el fondo de sus ojos, sin tapujos, sin sombras ni rincones oscuros que su fuerza, esa fuerza de nuestras raíces reside en nosotros mismos y solo si somos capaces de ver la verdad en los ojos de quién nos habla seremos capaces de votar lo mejor para nosotros: Fernando López Miras.

Aclaración para aquellos que quieran ver algo distinto a lo que el que suscribe quiere expresar en esta carta abierta a quien quiera leerla: La vida se la debo a mis padres, mis convicciones a mí mismo y las adulaciones las odio. Tengo un Don -y como dije antes- me veo en la obligación expresarlo. Si alguien ve otra cosa en mis escritos quizás, solo quizás es porque "Piensa el ladrón que todos son de su condición". No os sienten mal mis palabras pues no están escritas para hacer daño a nadie ni a nada, más lejos de mi propósito que es simplemente contar aquello que se muestra a mis ojos.


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