sábado, 20 de febrero de 2016

Luces de ciudad

Las luces de la ciudad
deslumbran desde la distancia.
Sus presas, deslumbradas, hacen el camino
con la ausencia de planes de evacuación.
Mirando a través de cristales en movimiento,
el susurro del motor acalla las ganas de volver
allende no había futuro, ¿o sí?
La fina capa de polución es la bienvenida
que ahoga los deseos.
Todo es nuevo salvo las dudas,
estas asaltan en cada esquina,
mas quedas atrapado en un cielo sin estrellas,
sin luna.
En su lugar, el neón rellena, salpicando de colorido,
la oscuridad calzada con zapatos de tacón.
Las sombras matan los reflejos de lucidez
dando a la vorágine tintes de tormenta.
Cruzar a la acera de enfrente
es lo que te pierde sin remisión
y, para cuando te vas a dar cuenta,
las luces de neón te han engullido.

3 comentarios:

  1. Todos hemos soñado con esas luces de la ciudad que citas.
    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Amigo Rafael, precisamente esa era la intención, el miedo que reflejan esas luces por ser nuevas, en un mundo nuevo por explorar. Un abrazo.

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  2. Somos como mariposas despistadas atraidos por las luces de neón.Seres urbanos cada vez más alejados de la naturaleza.
    Tu poema lo pone de manifiesto con una gran belleza lírica.

    Saludos.

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