viernes, 1 de enero de 2016

Era él.

   Estaba de espaldas, eso sí, se le veía muy alegre pero, como había tanta gente, me era imposible llegar a él. No hacía más que descorchar botellas y más botellas de cava y sidra, así, que más y más gente se aglutinaba alrededor de él. Llegó un momento que hasta a mí me entró algo de miedo pues era tan joven, tenía tanta prestancia y tantas ilusiones que no pude por menos que pegar un bocinazo, (con mi bocina de los deseos), para que el tiempo se parara un segundo. Todos los presentes se quedaron helados; entonces alcé mi copa, le eché el brazo por encima al 2016 y todos brindamos por el nuevo año. Fue un momento que siempre recordaré. Feliz Año Nuevo y mi deseo es que nos traiga salud a todos, trabajo y cordura para afrontar este año como se merece: con todas las fuerzas y deseos de buena ventura del mundo.

4 comentarios:

  1. ¡Qué bonito lo que has escrito Paco!, me ha encantado ese jóven que has relatado... que en un "pi pas" se hará viejo, pero no hay que pensar eso acabándolo de estrenar, así que me uno a ti en esos deseo para recorrerlo día a día.
    FELIZ 2016 con un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amiga Elda, ese es el concepto que quería transmitir, el día a día es el que nos hace ver el paso del tiempo y sus consecuencias. Gracias por estar ahí y Feliz Año.

      Eliminar
  2. Bonita visión de ese "joven" para comenzar bien el año.
    Un abrazo y Feliz 2016.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igualmente, amigo. Feliz Año para ti y los tuyos. Gracias por estar ahí siempre.

      Eliminar