domingo, 16 de noviembre de 2014

De bien nacido es ser agradecido.

  Un hombre al que una tribu bereber encontró medio muerto en el desierto se despide de ellos, durante meses le han cuidado salvándole la vida. El jefe le abraza y le ofrece coger aquello que más le guste de su jaima como recuerdo de su estancia entre ellos. El hombre sonríe al jefe bereber, mira a su alrededor y declina el ofrecimiento, sólo una lágrima y el gesto de la palma de su mano abierta sobre su corazón mientras le dice: "siempre os llevaré aquí y eso no me lo puede quitar nadie"

2 comentarios:

  1. Gracias Rafael, en honor a la verdad es que estoy escribiendo gracias al poco oficio que he acumulado y porque me obligo a ello, no estoy en mi mejor momento y la inspiración me niega esos buenos resultados - creo- que he acumulado con el paso del tiempo. Gracias por estar siempre ahí.

    ResponderEliminar