sábado, 23 de agosto de 2014

La ninfa y la amanecida.

  La mañana se me mostraba clara y las olas iban dejando su legado en la orilla del mar, casi sin querer, el agua iba humedeciendo mis pies, dándoles el frescor de la mañana. Quedé mirando al horizonte y todo se volvió claro y limpio: "un hermoso espectáculo" fue el pensamiento que quedó grabado en mi mente. Unos metros más allá, una ninfa; con un vestido veraniego, vaporoso y transparente, estaba absorta, al igual que yo, de la amanecida. Ha sido una imagen tan bonita y ella era tan hermosa que su magia me ha envuelto en un momento que nunca olvidaré. Cuando todo ha terminado, la hermosa ninfa ha pasado por mi lado y su sonrisa casi hace que mi corazón se pare. La he mirado; me ha mirado y, con una voz tan dulce como el tamarindo maduro, ha susurrado: "Buenos días, hermoso espectáculo", y ha seguido su camino dejando sus huellas en la orilla . . .  Las olas han ido borrando todo vestigio de mi ilusión. Mañana volveré y quizás me atreva a romper el embrujo, o no, pero este momento siempre será mío. . .  Y quizás, sólo quizás, también de ella.

3 comentarios:

  1. Un sueño cargado de nostalgia.
    Un abrazo.

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  2. Un hermoso amanecer sin duda,con un bello paisaje añadido.
    Yo volvería cada mañana durante meses solo por volver a verla...

    Saludos Paco.

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  3. No sé si renaceré de mis cenizas blogueras, ni siquiera sé si me pondré en plan ave fénix volando por el ciberespacio...Sólo te puedo decir que me alegro mucho de leer tu comentario y de volver a pasar por el mágico mundo de tus letras!!

    Un abrazo intenso y agradecido de esta medio murcianica muy liada, con poco tiempo para nada...pero feliz!

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