martes, 4 de febrero de 2014

Adúltero

Sin quererlo surgieron las miradas,
siguieron los encuentros, el misterio.
Y tomé lo que quise en adulterio:
me perdió la lujuria silenciada.

Me quema arder en este cautiverio
y duele ser figura distanciada.
Dulce calor de sábanas cruzadas
que fueron el clamor del vituperio.

¡Cómo pesa la losa del sediento!
¡Cuánto amarra la piedra del casado!
Alma, calor  y vida ¡todo al viento!

Atrapado en dos mundos separados:
amor dulce de miel y sacramento
o dislate carnal y desbocado.



6 comentarios:

  1. Es dura esa vida, supongo.
    Un abrazo.

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  2. He conocido gente con la capacidad de hacer una doble vida con mayor soltura y viveza que para el común de los mortales tan sólo una. Pero esas cosas, antes o después se pagan con abandono de todos. Has revestido el tema de bellos versos.
    Un abrazo.

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  3. Supongo que al final uno se queda sin nadie o tiene que elegir.
    En tus versos, Paco, has contado una situación peligrosa pero que está siempre de actualidad.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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  4. ¡Qué bien logrado soneto, Paco, te felicito y agradezco también a Dalianegra el habernos contactado porque también a mí me da la la oportunidad de poder leerte y eres un poeta hecho y derecho, que no es poca cosa!! Un fuerte abrazo.

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  5. Me encanta este poema. El amor surge a veces, al azar, y uno queda atrapado entre dos situaciones amorosas y en ellas se vive con sinceridad. ¡Qué palabra más fea esa de adulterio! Es amor; un amor que llega cuando uno se ha creado una vida convencional que le aprisiona.
    Enhorabuena.
    Un abrazo.

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  6. Bello soneto en el que expresas con maestría un choque muy intenso de sentimientos y emociones. Ya veo que estás en un gran momento de inspiración, tanto que, en ocasiones, no me da tiempo a seguirte con puntualidad. ¡Enhorabuena! Un abrazo

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