domingo, 5 de octubre de 2014

Mirar para ver.

 


   Hoy el rocío se ha hecho belleza en las flores, las ha recubierto de su manto transparente dándoles connotaciones de lágrimas austeras en tristeza, pues cuando ha salido el sol, más parecían perlas de una sonrisa etrusca -Ay, mi José Luis Sampedro.  Cómo me acuerdo de la "Rusca" y esa sonrisa que sólo él pudo revelarnos tan bien-. Hoy he salido a caminar y me he encontrado mirando el rocío prendido de las flores . . .   me ha gustado, y me he gustado. Algunas veces me olvido de mirar para ver las cosas que me rodean, y cuando vuelvo para hacerlo, siempre me sorprendo, siempre . . . siempre.

3 comentarios:

  1. El paseo es siempre, querido Paco, un diálogo entre las cosas y los sentidos. La luz, el rocío, los colores del paisaje están ahí esperando una mirada limpia como la tuya para que las describa en su justa dimensión. Feliz domingo.

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  2. Así se viven con toda intensidad los paseos.
    Un abrazo.

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  3. Muchas gracias por vuestro generoso comentario. Ahora no me prodigo mucho pero espero que mi ausencia sea pasajera y pueda seguir escribiendo las cosas que me gustan. Un abrazo y mi sincera gratitud hacia vosotros.

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