jueves, 15 de noviembre de 2012

MARUJAS.


He aquí lo que a mis oídos ha llegado:
"Dos Marujas de esas de armas tomar todas las mañanas salían
a su puerta para barrer y adecentar. Como el perro y el gato se
llevaban  y se criticaban despellejándose la una a la otra, aunque
sin llegar a desollar. ¿El motivo? líos de esos de faldas que la
gente dice que han dicho que dirán y, que con el paso del tiempo
solo queda el resquemor de si será verdad.
Toditas las mañanas a la misma hora salían al portal, escoba en
mano y la lengua "afilá". Durante sus escarceos se dedicaban
todos los improperios conocidos, pero cada una en su lugar,
acera y vivienda, que eso es de respetar.
Una mañana, solo una de ellas salió a su portal, intrigada por
la ventana de su vecina se fue a asomar, viendo como esta,
enferma, no se podía ni levantar.
Un puchero, de los de Gallina vieja, con yemas, higadillos,
mollejas y hueso de buen jamón puso a cocinar, la susodicha
Maruja a su vecina a mediodía fue el caldo y la compaña
 a su casa a entregar diciéndole:
-Toma un caldo que te he preparado, que así te ves, porque
ni tienes posibles, ni sabes cocinar, mala pécora que todos los
días me la tienes que pegar.
La enferma contestó con cara de resabiá:
- ¿Qué tú sabes cocinar? si ni el gato se atreve tus basuras a
probar, además, seguro que con esta bazofia  me quieres
envenenar.
Terminada la conversación, el cazo sobre la mesa de camilla
la Maruja dejó para el día siguiente recoger y volver a llenar.
Así hasta que la vecina que le tenía tanta inquina mejoró y
sana volvió a la calle para su baldosa limpiar y de paso a
su vecina despellejar.
En otra ocasión fue al revés lo que ocurrió y la que un
día estuviera enferma, ahora sana, de la misma forma , guisado
cazo y sorna, a vecina tan odiosa cuidaba"
Y es que como decimos por estos lares:
"los amores reñidos son los más queridos" y "no hay amistad
más apretada que la necesitada"
Así ocurrió, y así ocurre, porque las susodichas Marujas
unidas en esa maldita divina vecindad, ahora viudas, juntas se
toman el caldo de gallina vieja y el chocolate. . . de espaldas.






4 comentarios:

  1. me ha resultado simpática y reflexiva prosa PACO
    felicitaciones

    Marujas como ellas las hay en cualquier vecindad
    incluso en los condominios más estirados jejeje


    abrazos y buena jornada

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  2. Esa Marujas que no nos dejan indiferentes y siempre nos conceden una sonrisa entre ironia y ternura.
    Un abrazo.

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  3. Sin ser futbolero y salvando las distancias, es lo mismo que ocurre en un tal Messi y un Ronaldo, se necesitan uno al otro aunque se odien.

    Saludos

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  4. Muy bueno Paco. En el fondo nos necesitamos, ni que sea para odiarnos.

    mi afectuoso abrazo

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