Las arenas del tiempo
han tomado posición
en el reloj...
Mis manos tiemblan,
mi corazón no late,
y mis pensamientos van solos.
Las puertas que abren hacia dentro
no nos deberían pertenecer;
hacen daño aún sin abrirlas,
esconden mares sin estrellas,
noches sin luna,
sábanas de seda negra
y días de soledad.
Déjame mirar de nuevo
tu cielo tan azul... tan cielo.
"...Tan azul, tan cielo..."
ResponderEliminarUn abrazo y feliz domingo.
Aunque te suene mal, sabía que el final te iba a gustar, amigo Rafael, quizás he copiado algo de ti, pues el final de tus poesías siempre llevan algo que las resume, dándoles este toque tan característico tuyo. Un fuerte abrazo
EliminarBellísimo, lo mismo la introducción que el poema. Son de esas letras que hacen sentir la verdad de algunos momentos de nostalgia que sin ninguna duda, todos tenemos cuando miramos en la profundidad de nuestros sentimientos, y miramos hacia delante y no vemos el paisaje con perspectiva.
ResponderEliminarRealmente me ha encantado.
Un abrazo.
Amiga Elda, tengo que darte la razón y, al mismo tiempo, las gracias, para sentir así hay que ser una persona muy sensible. Un fuerte abrazo en este mundo virtual que tanto nos acerca.
EliminarReflexivo y desgarrador Poema, envuelto entre la Nostalgia diseñada por una soledad gigantesca que nos invade y se manifiesta gritando en nuestro interior.
ResponderEliminarMagnífico, como siempre, la forma de expresar tan profunda y sin tapujos.
Abrazos.