cediendo va la noche en el arcano.
Firmamento alfombrado soberano
celeste de luceros le reclaman.
Magnánimo poder del artesano;
los destellos de aurora a vida llaman
y, sus rayos de luz, el cielo inflaman
extendiendo el resplandor cortesano.
Allende cielo y tierra se fusionan
el Creador ha erigido el misterio:
crepúsculo de luz, suyo el imperio.
De barro hechos, al creador adulan,
con destellos del sol se congratulan
del excelso y sublime cautiverio.
Crepúsculo de versos que nos dejas en este soneto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso crepúsculo, Paco, ajustado al corsé del soneto.
ResponderEliminarUn abrazo