cada mañana el mismo espectáculo,
una maravilla de la naturaleza que
nadie debiera perderse, aunque por
otro lado, la obligación es mala
compañera para estos deleites.
Cuando cambie de trabajo me
obligaré a que el horario de entrada
sea más tarde...
domingo, 23 de junio de 2013
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Querido Paco, comparto contigo la felicidad de la amanecida. El despertar de la luz es el mejor momento del día y las cosas presentan sus mejores formas y colores.
ResponderEliminarTu sugerente entrada refleja bien este sentimiento que comparto plenamente. Suelo despertarme muy pronto y cuando abro el libro o el ordenador en estas primeras horas no se ven sombras. Sólo el optimismo del todo por hacer.
Un fuerte abrazo.
Es bonita esa manera de comenzar el día y creo que todos deberíamos hacer algo parecido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mejor es no trabajar Paco, vivir sin horarios y ver salir el sol sólo el día que te apetezca.
ResponderEliminarSi lo haces a diario, la rutina acaba por arruinarte el invento...
Un abrazo
Un momento mágico, Paco. No lo aplaces por más tiempo: el trabajo puede esperar. Jajaja.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Yo suelo decir...en la próxima vida seré o haré esto o aquello...
ResponderEliminarLo mejor es captar la magia del instante aunque sea a toda velocidad,porque ya ves lo que inspira.
:)
Besos.
ay Paco!!! que lindo amanecer oteas
ResponderEliminaracá la niebla apenas dejó asomar un sol friolento
abrazos desde el invierno américano
Que bien y también llegar antes para ver el ocaso, otra maravilla, y mejor si es en el mar!!! Yo lo veo desde un piso 16 cada tarde, ambos, el alba (cuando no estoy enredada en la sábana jajajaja) y siempre siempre el ocaso (si no están molestando las nubes) a veces, los fines de semana... tomando un vino maravilloso chileno.
ResponderEliminarUn beso amigo.
Disfruta querido amigo de esos amaneceres en el querido Mar Menor que tanto echo de menos. Un fuerte abrazo
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