le gusta decir, y a mi contar, pero la verdad es que es algo mayor que
yo, que su hija la mayor y once hermanos más, pero no sigamos que lo
de la edad en las mujeres está muy mal visto de contar.
Se me queda mirando despacio
con ojitos llenos de ternura.
Su cara es tersa y limpia
con esta, mi mirada.
Se me queda sonriendo:
un beso en cada mejilla
me suspira pidiendo.
Le rozo con mi nariz helada
y de un respingo se estremece,
suspira, y me dice:
"Uff, qué nariz más helada,
no me lo hagas"
y sigue poniendo,
para que lo repita,
su linda carita.
¿Dos nada más?
Me riñe, reclamando más besos,
que eso, mucho la halaga.
levanta su cabecita y sus labios alarga,
mirando enamorada, esta mi carilla
que en su vientre nueve meses
y cincuenta años despues
no le impiden verme como al niño
que en su regazo cantaba.
Ya no se levanta,
solo intenta, en su silla sentada
coger mi mano para sentirla.
La miro y se me queda embobada,
viendo, a este su niño
de pelo ya aclarado,
sonriendo, con mi mano apretada.
Estoy segura que es feliz sabiendo el maravilloso poema cargado de amor que le has dedicado.Una madre da todo por un hijo y lo menos que podemos hacer es demostrarle nuestro amor,tú lo has hecho maravillosamente,Paco.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Una deliciosa y entrañable Poesía dedicada a ese ser que nos dio la Vida y que en nuestra Vida con Letras Mayúsculas.
ResponderEliminarPrecioso, Paco.
Un abrazo.
Un bello poema dedicado a una gran madre con una ternura que llega al alma de un gran hijo.
ResponderEliminarUn beso.
Para ella siempre serás su niño,con cincuenta y con sesenta.
ResponderEliminarUn bello homenaje Paco.
Agradezco tu visita a mi blog
Saludos.
Disfruta de ella cada momento, no te pierdas ninguno.
ResponderEliminarMil besos para cada uno.
Destila ternura y amor este poema, Paco.
ResponderEliminarQué hermosa relación entre madre e hijo.
Así debieran ser todas, ¿verdad?
Una madre da todo y los hijos deberíamos demostrar cada día nuestro amor y gratitud. Nada se puede comparar con ellas. Son lo más grande que tenemos.
Besos
Por qué será que la mamá de cada uno nos despierta tanta ternura? INterrogante sin respuesta, de todos es conocida.
ResponderEliminarun abrazo Paco, que sepas que siento un profundo respeto por tus comentarios en mi blog
Hola Paco,antes de nada, darte las gracias por hacerte paseante de mi orilla como yo la llamo.
ResponderEliminarLas madres son ese asidero mágico al que nos aferramos desde niños que comienzan un camino indefinido,sin sospechar tantos y tantos avatares,pero que cogidos a ellas, acometemos sin temor.
Yo desde que lo soy,entiendo perfectamente esa clase de amor incondicional e imperecedero y añoro cada día más a la mía.
Le has compuesto un poema absolutamente tierno, mágico como ella y sus 18 añitos :)
Precioso de verdad.
Besos y de nuevo gracias.
Muchas gracias por vuestros comentarios, que bien os portáis conmigo
ResponderEliminarson un lujo para mí y los guardo como un tesoro.
Bienvenida Marinel y gracias por el comentario, y tu orilla como
tu la llamas es un placer visitarla.
Un fuerte abrazo a todos y todas y que tengáis un domingo de
paz y sosiego.
Paco me emocionas...y no te diré mas que una cosa: DISFRUTALA Y QUIERELA MUCHO, MUCHISIMO Y UN POQUICO MAS POR MI...yo nunca pude ni podré hacerlo.
ResponderEliminarBesos.
Me ha emocionado el cariño y la ternura que destilan tus palabras. Un poema sencillo, escrito con soltura y naturalidad que llega al corazón. ¡Enhorabuena amigo POETA! Un abrazo y un beso a esa gran mujer.
ResponderEliminarque bonito y sentido poema. es hermoso. besos
ResponderEliminarHermoso el poema para tu madre Paco. Siempre nos verán como niños por muchos años que cumplamos, y nosotros a nuestros hijos igual.
ResponderEliminarUn abrazo grande,
Eva.
Cuánta ternura destilan tus versos, Paco.
ResponderEliminarQuiérela mucho, dale besos y siéntela dentro de ti porque ella lo hace de cada uno de vosotros.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.