La obscuridad de la noche te atrapa para mostrarte otro mundo muy diferente. Mis letras lo harán para darte fuerza y poder vivirla. Disfruta ambas.
jueves, 16 de mayo de 2013
Cada día.
Cada día a la misma hora salgo al patio. Cada día veo lo mismo;
el sol, las nubes, algunos pájaros volando -casi siempre en la misma
dirección, hacia el sur-. De vez en cuando se cuela algún avión en el
cuadro que contemplo cada día, a la misma hora y sentado en el
mismo lugar.
Hoy, por primera vez en mucho tiempo, no he podido hacer saltar
mi mente por encima de los altos muros de hormigón, terminados
en retorcidos alambres con espinos. Solo me he quedado a las
puertas de poder hacerlo. Mañana, volveré a intentarlo. Aún así
creo que esta vez estoy vencido. Lograron encarcelar mi
cuerpo, y por ende, a fuerza de alargar el tiempo . . .
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Me dejas intrigada con este texto, Paco. ¿Qué paso hoy?
ResponderEliminarSeguro que vencerás, como cada día.
Un beso.
Yo también me quedo con el ánimo encogido, como si fuera necesario mandarte el empuje preciso para que mañana, en el mismo lugar y con la misma cronología de siempre ninguna sombra te impida llegar hasta el horizonte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Paco.
No te des nunca por vencido... Tú puedes!!! Ánimo...
ResponderEliminarUn fuerte y cálido abrazo Paco
Con frecuencia somos carceleros de nuestras privaciones. La libertad es un ejercicio muy difícil. ¡Ánimo, Paco, tú puedes con todo!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Mientras que no encarcelen tu mente, siempre te quedará la capacidad de soñar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa Mente siempre estará llena de Libertad e inconformismo.
ResponderEliminarAbrazos y besos.
Me encanta vuestro celo hacia mí,¿qué puedo deciros ...? me dejáis sin palabras, pero debo deciros que son relatos, nada me pasa (gracias a Dios), solo que mi imaginación no para de maquinar situaciones y microrrelatos a los que doy vida en primera persona.
ResponderEliminarUn fuerrrrrrrte abrazo a todos
Giro inesperado y sorprendente el que da tu relato. No es lo que esperaba al empezar a leerlo y lograr eso creo que es difícil y de mucho valor.
ResponderEliminarCariñoso abrazo Paco.
La mente siempre tiene sus propias alas.
ResponderEliminarMe encanto leerte...besos
Seguro que encontrarás las alas para volar por encima de esos muros de hormigón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, amigo Paco, pues ya he regresado a casa después de mi fabulosa estancia en tu preciosa tierra murciana. Como sabes de primera mano, he estado un poco atareado últimamente y no he podido pasar por aquí en unos días. Veo que la inspiración continúa a tope, poemas, relatos, ironía, ternura (muy bonito el poema a tu madre)... En fin, ánimo y constancia porque talento te sobra. ¡Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarNo...no puedes ni debes permitir que encarcelen nada más.Y hasta tu cuerpo tiene que aferrar la valentía de no dejarse vencer y saltar,saltar cualquier obstáculo.
ResponderEliminarBesos.
A veces, por más que se quiera, llega un día en que la mente siente "el encarcelamiento del cuerpo encarcelado". En ese momento, ya sólo los ojos quedan libres para ver alejarse las nubes y los pájaros.
ResponderEliminarMicrorelato bañado en melancólica poesía...Una delicia, Paco.
Un abrazo y buen ánimo con tus proyectos!