La obscuridad de la noche te atrapa para mostrarte otro mundo muy diferente. Mis letras lo harán para darte fuerza y poder vivirla. Disfruta ambas.
sábado, 18 de mayo de 2013
No me mires -si no quieres-
Hoy he hecho un exceso. Haciendo acopio de fuerzas he cambiado
la bombilla del baño. Así las cosas, y estirando el evento, he hecho
limpieza, cuando he llegado al espejo, un señor mayor ha aparecido
en él.Tenía el pelo de las sienes blanco, la mirada gallarda aunque
un poco entristecida. Tras un pequeño lapso de tiempo en que nos
hemos mirado, me he atrevido a preguntarle: " ¿Qué has hecho con
el chico rubio y pecosillo de ojos verdes vivos que me sonreía
de forma pícara todas las mañanas?". La callada ha sido su respuesta,
así que, tras un lapsus temporal, le he hecho una mueca despectiva
que, al momento, me ha devuelto. Sin atisbo de aspereza ni burla he
dado media vuelta y me he marchado, él, ha hecho lo mismo.
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Precisamente ayer una amiga me contaba que el otro dia al mirarse en el espejo vio a una mujer que no sabía quien era. Hasta se dió la vuelta para ver si había alguien detrás de ella.
ResponderEliminarNo había nadie, era ella. La culpable, no la edad, pues es aún joven, la culpable de ese tremendo cambio ha sido la quimio.
Esperemos que dentro de poco, esa persona en la que se ha convertido se marche y deje paso a la amiga de siempre, a la que todos recordamos y queremos.
Un magnigico post Paco, me ha encantado.
Un fuerte y calido abrazo
Brillante composición. Absoluta reflexión.
ResponderEliminarEse espejo ha de decirte la verdad, y la verdad no está en el espejo sino en ti mismo.
Un abrazo
¡¡Que cabrón el espejo!!.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces mirarse de veras en el espejo trae preguntas que nos cuesta contestar. Lo mejor es que ese chico rubio y pecosillo sea el mismo por dentro. Donde el espejo no llega.
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Bonito este reflejo que nos dejas hoy Paco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya hace algún tiempo que me pasó algo similar; ahora me he dejado la barba crecer y sólo me asomo una vez por semana para raparla un poco. El malencarado del espejo tiene memoria y me la sigue guardando, pero yo no le hago caso.
ResponderEliminarPreciso, Paco. Eres un genio.
Un fuerte abrazo.
Ese espejo que nos transmite infinidad de cosas y que nos demuestra la evolución o decadencia en la que hemos caído.
ResponderEliminarComo siempre...¡¡¡Genial!!!
Abrazos.
El misterio de los espejos, si pudiesen hablar serían los únicos que nos diejen la verdad,, como lo prometido es deuda ya estoy por tu rincón, un saludo.
ResponderEliminarTienes a tu niño interior escondidito, sácale y no hará falta que te mires al espejo, lo sentirás!
ResponderEliminarBesos!
Los espejos tenían que ser objetos prohibidos por el médico a partir de cierta edad,lo mismo que el alcohol o el tabaco...también pueden perjudicar seriamente la salud..jejejejeje
ResponderEliminarMuy bueno Paco.