Cierro mis ojos
para mirar en mi interior,
cierro mis ojos
vendo mis sentidos
para sentirte mejor.
Abro espacio en mí
para dejarte sitio a ti
y quiero correr
mientras mis lágrimas
brotan tras de mí;
es importante un solo segundo
mi niña, un solo segundo
y mis lágrimas me delatan,
me desnudan ante ti
malditas seáis:
benditas cuando brotáis.
Todo en mi interior es grandioso;
todo en mí es nuevo cada día;
todo en mi vida es algo tuyo.
De nuevo brota esa música
en mi cabeza
que agarrota mi corazón
de recuerdos que son,
que eran, fueron y serán.
Ahora me encuentro solo
más vivo que nunca
y a la vez, tan solo a tu lado.
El miedo cambia de estado
cuando aparecen las sombras
dentro de mí.
Cierro mis ojos para verte mejor
y palpo el aire en busca de un roce
que erice mis atributos.
Yo seré el cielo en tu boca
la voz dormida en tu cuerpo
y robar ese beso que me fustiga
saber que me quieres
es lo que me mata
y me quita el aire
para darme la vida.
Es cierto tu poema. Nuestras entrañas pueden hacer hueco a sentimientos perdurables. Fluye hábilmente esta concatenación excelente de versos ¡Qué bueno es recordar que somos tan solo un plaustro mortal en este planeta!
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