La lluvia va dilatando las horas
quedando impregnada en el cristal.
Las pupilas se mojan en sentimientos
cuando el encierro obligado
hace del letargo infamia.
¿Cuándo las heridas abiertas
nos hacen más daño?
¿Porqué la lluvia sigue siendo
la vil aliada de la nostalgia?
Cristal y ventana,
gris plomizo que se abre mostrando las entrañas.
Y lloro por mi cuando siento por ti
esta lluvia que cubrió el camino de musgo y lodo,
de verde musgo y fangoso barro.
Y ahora que no estás
lloro por mi lo que siento por ti.
Vuelve la lluvia a mis ventanas,
a mi alma cercenada,
vuelve, sólo vuelve, ya sin nada.
Amigos os dejo un enlace del facebook es la critica de mi libro El remo de Charón. Maria José Navarro. Gracias de corazón.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10154360495134797&set=a.10151187049124797.476493.817434796&type=3
¡Ay esa lluvia que citas...!
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Rafael, cuánto juego nos da esa lluvia tan intima con la que nos identificamos tan bien. Un fuerte abrazo.
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