sábado, 8 de noviembre de 2014

Con el corazón en la mano.

       Cojo, entre las mías, las gastadas manos de mi madre. Me mira a los ojos y veo en ellos el cansancio del tiempo, la tristeza de haber vivido ya de más y busca un descanso que se le hace cuesta arriba. Su mundo desapareció y el que hoy habita no le interesa.

                - Mamá, ¿quieres que te lleve al cementerio? Es el día de todos los Santos.

               - Hijo, allí no hay nadie, sólo polvo y huesos, los míos están aquí conmigo, "Toicos" los días mi "pare y mi mare", los  "abuelicos", me acompañan- me dice mirando a ambos lados, como si en verdad estuvieran allí.- Ah, por cierto, me han dicho que eres un buen hijo, que ven como "toicos" los días vienes a verme y se fijan en cómo me miras.

               - Claro Mamá, pero ahora descansa.

    Despacio suelto sus manos, me vuelve a mirar y vuelvo a sentir ese vacío sempiterno de quien ha abandonado este mundo hace ya algunos años.

2 comentarios:

  1. Gracias Rafael, tengo que decirte, con el corazón en la mano, que este micro es un homenaje a mi madre, tiene 90 años y a estas alturas de su vida, está pasando por un episodio personal que no lo querría ni para su peor enemigo. Gracias Rafael por estar ahí siempre.

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