Al fin quedará nada,
toda la lucha,
la rabia acumulada,
las trampas hechas
de ese momento,
de ese vivir incierto
de rabia oculta.
las lágrimas separan
suspiros, llantos,
mis ojos de tristeza,
porque del ser
todo está dicho,
y del volver a andar
todo lo escrito.
Los errores volver
a cometer,
volver a revivir
sin la memoria,
sin la figura
caída en el ayer.
Ser el poder.
Castigar y mandar,
solo mandar,
sin eximir razón.
Yugo, saciar,
solo exprimir,
dejar atrás la vida,
la paz matar.
Volver a desandar
correr, correr,
lo aprendido y vivido.
Del engañar,
un tropezar
de nuevo en el camino
surgir, nacer.
Cuando abramos los ojos
nos, los veremos,
para andar, enseñarles
que con amor
la vida es viable.
Y que este desapego
solo hace fuego.
Todo pasa, y las cosas se pondrán en su lugar. El poder es debilidad disfrazada. Todo caerá por su propio peso.
ResponderEliminarBesos Paco.
El Poder y los continuos errores interiores que se pegan y apegan en la mayoría que lo ejerce, sin darse cuenta que todo es efímero, que todo se termina...que puede quemar como el fuego ese desapego.
ResponderEliminarPrecioso, como siempre.
Un abrazo.
Es verdad lo que dice Pedro Luis, no nos damos cuenta muchas veces que la vida sigue pasando y que todo tiene un final y perdemos horas, días, meses y años de felicidad irrecuperables.
ResponderEliminarHermoso Paco, un poema realmente hermoso.
Un beso grande.
Castigar y mandar,
ResponderEliminarsolo mandar,
sin eximir razón.
Yugo, saciar,
solo exprimir,
dejar atrás la vida,
la paz matar...
Como un grito a la conciencia de quienes viven apegados a lo mundano sin tomar en cuenta lo efìmero de nuestro trànsito.
Mis cordiales saluos