El pecado atormenta mi alma
como el cilicio mortifica mi carne.
Sólo esta mi pena, aflige más.
Dejarme coger, no era parte del plan,
pero que podía hacer, sino consentir.
Hemos encendido el fuego,
y caldeado la gran marmita,
aquella que el destino olvidó.
Separar la carne de sus gelatinas
no es el rol que me tocaba jugar
pues la cesantía es la que acosa al ser,
de ahí que la falta sea mi culpa
y el yerro mi tormento.
Que del mortificar no quedó
siquiera un simple aliento.
Y es ahora esta mi tumba
sobre la que ardo sin fin.
Un caldero, que hasta arriba lleno,
alerta suspicacias bajo esta tierra
yerma de aliviaderos, de aliviaderos . . .
En esta vida no hay pecados, ni siquiera culpables de nada. Todos somos inocentes, y las cosas suceden por algo. Todo está en su Divina Perfección.
ResponderEliminarBesotes Paco.
Amigo Paco: He estado leyendo tus últimas creaciones y veo que las musas te acompañan en todos los estilos que con tanto acierto cultivas, un poema desasosegante como este, sonetos, relatos... ¡Enhorabuena y que no pare este despliegue de talento!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Todo está escrito en el gran libro de la vida
ResponderEliminarnada sucede por nada, todo tiene su por qué
su principio y su final y es muy fugaz nuestro
paso por la vida, debemos tratar de disfrutar a pleno
cada segundo de ella y si hay algún pecado por allí,
dándonos vuelta, pues entender que nadie es perfecto
y que todo tiene remedio, menos la muerte.
Hermosos versos Paco, en ellos invitas a reflexionar
muy buen poema amigo.
Un beso.
Esos pecados que, a veces, nos crucifican y llenan de ansiedades y desalientos.
ResponderEliminarMuy buen Poema, Paco.
Un abrazo.
A veces,porque somos así de humanos,creemos ver pecados donde no los hay,eso nos mortifica y tal vez de analizarlos bien,viéramos que no son tal.
ResponderEliminarTambién los cometemos,por supuesto,pero para algo está el arrepentimiento e intentar no volver a cometerlos,¿no?
:)
Besos.
Me confieso pecador,
ResponderEliminarque no arrepentido,
mi mayor pecado fue pecar
y guardarlo en el olvido.
un abrazo Oaco.
Perdón!!! el abrazo es para Paco... a Oaco no le conozco, si es que existe.
ResponderEliminarEl pecado es el que nos lleva a discernir entre lo bueno y
ResponderEliminarlo mejor. Así que como bien dice, Antoni, me confieso pecador
que no arrepentido,
que el hacer pecado no fue ningún suplicio.
Un abrazote a todos y como siempre muy agradecido de vuestros
comentarios.
Es un gran poema.
ResponderEliminarMe gusta cómo lo has compuesto, cada palabra lo hacen bellísimo.
No creo en pecados, sólo en aprendizajes, pero en un poema lucen rotundos y crean profundidad.
Besos
Inmenso poema y el cierre, impactante, me quedo prendada de esas dos últimas palabras.
ResponderEliminarAbrazos, Paco