Quiero volver a mirar la tierra
con los ojos de un niño,
regresar para ser alma de bosque,
yacer en la cresta del oleaje
que esculpe los acantilados
y mirar, mirar para ver,
cómo renace mi verde;
dormir en la noche estrellada
meciendo la corona de los árboles,
regar sus raíces, verlo de pie
aferrado a la vida, vida de fe.
Quiero volver a ser monte,
esa montaña del horizonte
que se hace camino a mi paso
con el rico sabor a miel
y ese grato olor a campo.
Quiero cambiar mares de plástico
por extensas praderas de Posidonia;
ese negro humo de fuego rancio
por bruma blanca de rocío;
los paisajes de tierras yermas
por ricos bosques multicolor
de rosas rojas sin espinas,
sin lágrimas, sin dolor.
Quiero jugar a ser niño,
y pisar la hojarasca
para sentir el mundo
bajo mis pies,
y jugar a ser niño...
una y otra vez.
Muy bonito. Discúlpame,hacía tiempo que no entraba en tu blog. Qué ilusión que te llamarán del colegio ¿eh? Seguro que les encantó. ¡Enhorabuena!
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