martes, 24 de noviembre de 2015

Muy tontos.

Celebramos la palabra
para ennoblecer nuestros hechos;
pero nos quedamos sin ellas
cuando la barbarie las hace ausencia.
¿Qué hacer entonces?
Si el sentimiento reclama venganza;
la mente dicta prudencia
y la razón no asiste a nadie
porque nadie hace uso de la palabra.
Somos avezados traviesos en ciencia;
celosos gregarios de la tecnología
para unirnos en mundos virtuales.
A la postre, oímos tambores de guerra
y todo queda en la nada
colgado de un botón rojo.
El mismo del principio de los tiempos
en los que empezamos a usar la palabra.
Nada hemos aprendido,
salvo ausentar la palabra
cuando hablan las armas.

2 comentarios:

  1. Me gusta la reflexión que haces, tocayo. Si hiciéramos un buen uso de la palabra, seguro que a todos nos iría mucho mejor, pero recurrimos a las armas cuando la razón no puede apoyarnos; entonces violentamos todo y finalmente recurrimos a la palabra para que dé por válido lo que no es posible desde la razón.
    Un abrazo.

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    1. Tocayo, qué bien me conoces, lo explicas mejor que yo. Gracias y un fuerte abrazo.

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